lunes, 9 de noviembre de 2009

UN CHURRO DE PUENTE

El título puede dar a entender que ha sido un puente malo y nada más lejos de la realidad. Han sido unos días tranquilos en familia en los que ha habido de todo; tiempo para la lectura, la prensa, un partido de tenis, salir a correr, buenas comidas, gin&tonic, derbi madrileño...
Pero hay que reconocer que la palma se la han llevado los churros que a media tarde del sábado se le ocurrieron hacer a Ana.
El sábado se levantó y se fue a comprar churros y porras para el desayuno, lo cual es siempre de agradecer para el que espera en casa; pero tengo una mujer tan ocurrente y original que, no contenta con eso, el sábado por la tarde, ya en Cercedilla le dio por irse al pueblo a comprar una churrera, (máquina de hacer churros). En una tarde oscura, en medio de la fría lluvia de Noviembre (como cantaba Guns´n Roses) me informa que se va al pueblo con su sobrino a ver si la encuentra y yo decido acompañarles.
Que se te ocurra hacer churros ya tiene mérito, que te atrevas a comprar una churrera más todavía, pero que consigas tu objetivo en una ferretería donde nada más preguntar ya nos contestaban que creían que desde hacía tiempo no vendían el susodicho aparato...
El caso es que volvimos a casa y se puso a ello acompañada de su hermano Iñigo y su sobrina.
Con tanto talento reunido el resultado tenía que ser bueno sí o sí . La maquina cumplía perfectamente su función que no es otra que darle la forma correcta a los churros y que salgan sin nada de aire. El resto solo tiene el secreto de la masa y para eso Ana ya tenía el consejo de otro gran cocinero que es nuestro amigo Pablo.
Y... Voilá el resultado. Unos churros que de verdad son mejores que los de cualqueir churrería que haya probado antes. Más ligeros, menos empalagosos...

Esto fue a media tarde del sábado, al día siguiente, en el desayuno había pan con tomate y jamón, palmeras de chocolate... pero todos esperábamos a los churros. Un éxito y sobre todo un gran plan familiar.

1 comentario:

  1. Manolo, enhorabuena por seguir haciendo grandes las cosas aparentemente pequeñas. Gracias por mencionarme en tu blog (ME HA HECHO MUCHÍSIMA ILUSIÓN) y sigo siguiéndote. Un abrazo

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